sábado, 6 de enero de 2018

Puntualizaciones personales (I)

LA VOZ DE ESPAÑA.
04.01.1968
Puntualizaciones personales, dictadas por la experiencia, sobre una encuesta cerca de nuestros problemas turísticos.

LA IMPOPULARIDAD DEL FESTIVAL DE CINE, LA FALTA DE VIDA NOCTURNA Y LA DIFICULTAD DE LA COORDINACIÓN.

De salida permitanme confesar mi temor o recelo a encuestas y estadísticas. Y no es que uno pretenda hallarse en posesión de la verdad. Pero ocurre, con mucha frecuencia, que a veces las opiniones, dignas de todo respeto, llevan un matiz de tan a alegre como bienintencionada ligereza, bien por desconocimiento de la cuestión que se comenta o por sujeción a un criterio de estrecha mira personal. Y aún en este segundo caso se dan desconcertantes sorpresas.
Así, por ejemplo, en relación con el Festival del Cine, leí la opinión de un comerciante, propietario de un establecimiento de regalos situado en zona que pudiéramos denominar "adinerada" que expresaba rotundamente "que los seguidores de la Vuelta Ciclista a España dejaban más beneficio al comercio donostiarra en sus breves horas de estancia en la ciudad, que todo el Festival del Cine en sus diez días de duración".
Realmente sorprendente. Porque los seguidores de la Vuelta lo son los periodistas que hacen la información, los elementos técnicos de la misma y los conductores y personal de la caravana publicitaria. Nuestros compañeros de profesión nada más llegar a San Sebastián se dedican a redactar sus crónicas y transmitirlas telefónicamente, los técnicos se reunen para establecer las clasificaciones y suponemos que los "publicitarios" revisarán el estado de sus vehículos sin olvidar que dicha caravana suele aparcar con fines de exhibición.
La Vuelta suele llegar hacia las seis de la tarde y sale al día siguiente alrededor de la media mañana. Es decir, que virtualmente esos seguidores en el mejor de los casos sólo disponen de tres horas, según el horario del comercio, para "dejar esos beneficios" que proclama el muy respetable opinante. Y conste que les excluimos el tiempo que puedan tardar en adecentarse tras la llegada y el de los preparativos para su salida.
Con el menor sentido de lógica uno estima que cualquier cena de las que organizan las delegaciones asistentes al Festival, superan el beneficio que aportan esos seguidores ciclistas.
Cenas a las que asisten alrededor de 300 invitados y la totalidad de cuyas viandas es perogrullesco suponer se obtienen en nuestra ciudad, porque a nadie de esas delegaciones hemos visto todavía llegar con los pollos y las langostas debajo del brazo. Y el de alimentación suponemos que también es un comercio. Las pancartas, la pintura de los anuncios también se compran aquí. Y los ramos de flores con que se obsequian a las "estrellas".
Hay trabajos de imprenta, hay camareros que trabajan horas "extras", hay músicos que amenizan esas cenas.Sin embargo la opinión mencionada es bien rotunda. A pesar de que creo que ha quedado suficientemente explicado el brevísimo plazo de que esos seguidores disponen para efectuar sus compras que ateniéndonos a tal juicio habríamos de creer masivas.

La impopularidad del Festival.

¿El por qué de esa opinión?
Enseguida topamos con la respuesta: la absoluta impopularidad del Festival del Cine de quien casi creemos con sinceridad no es indiferente a la mayoría de los donostiarras, sino realmente molesto.
Hasta tal punto que para muchos su supresión -¡dos millones y medio de pesetas de ahorro para las arcas municipales!- vendría a ser algo así como la panacea ideal para todos los males que afectan a la ciudad en su administración. Utopía como pensar que sin Festival íbamos a tener mejor alumbrado, impecable pavimentación y desaparición de todos los problemas de los barrios.
Pero el Festival nació bajo el signo de la impopularidad y no hay quien consiga desposeerlo de tal lastre. Que resulta, en opinión personal, totalmente injusto, que es una notoria falta de donostiarrismo -que nunca debe reducirse a las tamborradas y a las "cashuelas"- que es un lanzar piedras sobre el propio tejado, pero es una verdad inamovible. Con una convicción también personal: si algún día el Festival cambiara de sede sería entonces el lamentarse, el gimotear, el condolerse porque se nos llevaran algo muy nuestro.
Y es que en San Sebastián hay una estrechez de miras. Se va siempre a la conveniencia particular. Los vecinos de la plaza del 18 de Julio en uso de un derecho que nadie les discute presentaron una protesta oficial contra la celebración de los Festivales de España en dicho lugar.
Resultado: se admitió la protesta y dichos festivales hubieron de ser trasladados adicionándolos a la Quincena Musical, al Teatro Victoria Eugenia donde el reducido aforo obligaba a una elevación de precios fuera del alcance de los económicamente débiles.
Consecuencia: nuevas protestas pero ahora por causas totalmente distintas. Y ya se que los vecinos de la plaza del 18 de Julio argumentarán enseguida que si yo viviera en ella no opinaría así. Como lo hicieron los del Paseo del Árbol de Guernica por dos simples verbenas que hace años organizó, creo recordar, el Lagun Artea, los hoteles de la plaza de Zaragoza por las fiestas sanmartindarras de la Peña Anastasio, y así podría dar una amplia referencia. Lo cual resulta totalmente paradójico cuando se habla de falta de "vida nocturna"

La vida nocturna.

También en este aspecto se opina y se estadística con mucha alegría. No son, en efecto, demasiadas las salas de fiesta que existen en nuestra ciudad. Pior esa misma razón, lógicamente las pocas que funcionan debían hallarse llenas todos los días. Pues en plena temporada veraniega podemos certificar que en La Perla y su "Tablao" se han dado muchas noches en las que no había más de un centenar de personas asistentes a los festivales. Que el Real Club de Tenis hace varias temporadas que anuló sus orquestas, que desapareció la "boite" del Real Club Náutico, después de no pequeños esfuerzos por cimentarla y darle prestigio a base de excelentes atracciones y buenas orquestas. La cuestión es, pues, reversible: no hay vida nocturna porque no existen quienes hacen vida nocturna...salvo en contadas ocasiones, como días festivos o vísperas de éstos. Y pregunten en esos locales nocturnos que sería de ellos muchas noches de no acudir grupos de turistas extranjeros.
Entrar ahora a analizar las causas de esa falta de vida nocturna nos llevaría a una serie de estudios que quedan lejos de este trabajo.
(.....)



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