martes, 24 de marzo de 2020

CIRCUITOS DONOSTIARRAS. El Paseo de los curas

El Paseo de los curas 

Al socaire de Urgull en estos claros días de Primavera, hay un caminito - cornisa a lo largo del puerto -donde la caricia del sol es más tibia y la brisa marina más cariñosa. Es este uno de los "Paseos de los Curas". Uno de esos paseos típicos en toda vieja ciudad. Con su habitual clientela de paseantes ensotanados, rezos de Breviario y un lejano sonar de campanas parroquiales en los toques litúrgicos del día.
Nuestro "Paseo de los curas" tiene bajo la pompa verde de sus alamedas cálido zureo de palomas. Y un coro de risas infantiles que quiebran el encanto de la fresca sombra y ponen en la seriedad de los latinos eclesiásticos, la ingenua nota de un viejo romance
"Arroyo claro
Fuente serena"
Y allá abajo el puerto con sus mil y mil voces, gemir de grúas y largo grito de sirenas. Confundidos ecos de la actividad marinera que son como el impulso de la ciudad en su costado náutico. Puerto abierto a lejanas perspectivas en navegaciones de altura. Camino de todas las fantasías. Fuga hacia ritmos extraños por salobres sueños de algas y espuma.
Profunda voz de lo que está más allá del Océano, resonando como en una caracola, en las casas y los malecones y los panzudos ....... de las pescadoras embarcaciones. Atenta a la eterna inquietud de quienes pueblan estas playas cantábricas, invitación a la huída tras la dorada quimera de otros paisajes. De otros paisajes en los que nos quedará siempre la añoranza de un caminito serpenteante bajo las verdes acacias con patronas y niños, y el sonido suave, pausado, intimamente familiar de las campanas parroquiales.

EL DIARIO VASCO - 24.03.1940

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