La lluvia de bombas carlistas que durante los años 1875 y 1876 cayó sobre San Sebastián testimoniando dramáticamente el asedio puesto por las tropas del Pretendiente, no apagó el humor -el buen humor- de los donostiarras ni de los liberales guipuzcoanos que habían encontrado refugio tras las defensas de la capital. Las tertulias en los cafés, en las Sociedades, en las trastiendas y en las reboticas acreditaban que los sitiados mantenían muy alta la moral y que, a cada nuevo bombardeo, se reafirmaban en el convencimiento de que su opción política era la verdadera.
Precisamente en una de aquellas tertulias - la que se reunía en la farmacia de Irastorza o quizás la de la imprenta de Baroja - surgió una iniciativa de la que, a los pocos años, nacerían los Juegos Florales Euskaros.
D. Canuto Ignacio Muñoz - que luego casó con una Baroja - director del Instituto Municipal de Segunda Enseñanza y su amigo el escritor José Manterola, tuvieron la idea de organizar - el día de Santo Tomás - una competición de bertsolaris - bertsolari-guda - situando a los contendientes en balcones de dos casas de la calle Juan de Bilbao. Con sorpresa primero, con curiosidad creciente después, viandantes y vecinos siguieron la poética pugna premiando con grandes ovaciones las réplicas ingeniosas, agudas, originales de los improvisadores.
Fue tan grande el éxito y tan elogiosos los comentarios que al año siguiente la bertsolari-guda hubo de tener por escenario la Plaza de la Constitución donde, sobre un tablado, contendieron en medio del entusiasmo de los espectadores cuatro inspirados vates populares. Terminada la guerra ya hay, como lo acredita la Memoria de 1879, una organización que corre a cargo de quienes tuvieron la iniciativa, los ya citados Muñoz y Manterola, los cuales , con José Irastorza, Manuel Gorostidi y José Diaz y bajo la presidencia de Don José Manuel Aguirre Miramón redactan, el 31 de enero de 1882, los Estatutos por los que se ha de regir el Consistorio de los Juegos Florales Euskaros que según reza el articulo 1º del título 1º, "tiene por objeto promover por cuantos medios estén a su alcance la conservación y propagación de la lengua bascongada y estimular el cultivo de su especial literatura, pudiendo además extender su esfera de acción, en cuanto se lo permitan los recursos con que cuenta, a la conservación y propagación de nuestra música popular".Aprobados esos Estatutos por la Diputación y por el Ayuntamiento y elevados los "recursos" a 500 pesetas de dotación anual, por acuerdo municipal del 4 de mayo, el Consistorio, que celebraba sus reuniones en una sala del Instituto de Segunda Enseñanza, potenció la celebración de los Juegos Florales cuyo órgano, diríamos oficial, era la revista Euskal Erria fundada en 1880 y dirigida por Manterola.
El lema Bizi Bedi Euskera que figuraba en el sello de dicho Consistorio fue cumplido fielmente durante cuarenta años, a lo largo de los cuales se sucedieron en la dirección, tras el ya citado como primer presidente D. José Manuel Aguirre Miramón, D. José Irastorza, D.Luis Mª. de Eleizalde, D. Rufino Machiandarena, D. Manuel Gorostidi, D. José de Olano, D. Alfredo de Laffitte, D. Miguel Salaberria y, en 1918, D. Adrián de Loyarte.
Casi medio siglo lleva la historia del Consistorio de los Juegos Florales Euskaros que, cumpliendo sus fines socio-culturales, organizó concursos literarios para el fomento de la lengua vasca en la que necesariamente debían estar redactados los trabajos literarios, científicos o poéticos. Y todos los años, el día de Santo Tomás, celebraba una gran competición de bertsolaris que llevaba al escenario del Teatro Principal donostiarra a los más famosos improvisadores de Euskalherria.... Coronas de plata, plumas de oro, escribanías damasquinadas y premios en metálico hacían más atrayente aquel Concurso anual.
Cuando Marcelino Soroa entró a formar parte del Consistorio, la fiesta de Santo Tomás adquirió un nuevo carácter. Sin dejar de celebrarse los concursos literarios, ampliados a la Música y la Pintura, el Teatro vasco primó sobre las otras organizaciones. Bajo la dirección de Pepe Artola y luego de D. Toribio Alzaga, el día de Santo Tomás, en el escenario del Principal se representaron, tarde y noche, las creaciones ya cómicas ya dramáticas de Iraola, de Garitaonandía, de Olaizola, de Barriola y de otros meritísimos cultivadores del teatro euskérico.
En 1918, cuando se anunciaba la creación de la Academia donostiarra de Lengua y Declamación Vascas, y cuando ya se había celebrado brillantementeen Oñate el Primer Congreso de Estudios Vascos, el Consistorio de los Juegos Florales, cumplida ampliamente la finalidad para la que en 1882 había sido creado, dejaba de existir.... Eran los días frívolos de la década dorada de San Sebastián, los años locos de la postguerra.
JOSE BERRUEZO RAMIREZ
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