jueves, 1 de noviembre de 2018

KOXKAS DONOSTIARRAS : "Las Sepulturas"

Hoy escasean las sepulturas en el cementerio de San Sebastián y se venden y se compran a unos precios altísimos. Al inaugurarse el nuevo cementerio de Polloe el 12 de agosto de 1878, se clausuró el de San Bartolomé, procediéndose al traslado de los restos de esta necrópolis a la nueva. La ciudad tenía alrededor de 20.000 habitantes pero ha crecido, hoy ronda los 175.000 habitantes, y el cementerio, pese a las posteriores ampliaciones, resulta insuficiente. De ahí que se especule con los panteones.
Pero esto no es nuevo en la ciudad, pues hace ya casi cuatro siglos acaecía algo análogo. Prueba de ello es el Mandato del Obispo de Pamplona, don Antonio Zapata, que tras visitar San Sebastián, que por entonces pertenecía a este obispado, escribía en 1600 que "hallaba muchos de los parrochianos de las iglesias de Santa María y San Vicente tienen a diez, doce y veinte sepulturas y que otros no tienen ninguna, de lo cual resulta que son forzados y compelidos a llebar sus defunctos a otras partes y derechamente es esto contra el capitulo quarto de las Constituciones Synodales desde obispado en el título de sepulturas en que se prohibe la dicha pluralidad de sepulturas, sólo permite que puedan tener tres sepulturas para su casa y familia; la qual Constitución es del theno siguiente:
"Por experiencia nos consta que en algunas Yglesias de nuestro obispado donde ay mucha tenuidad, algunas personas poderosas con títulos y licencias que dixen tienen nuestras obtenidas subrepticiamente, diziendo que no tienen sepulturas para si, vienen a ocupar y tener diez, veynte y más sepulturas, y otros parrochianos no hallan desocupado donde se poder enterrar, se van a monasterio, hermictas y otras partes, donde assi las Yglesias como los beneficiados, pierden y se desaparrochian muchos dellos y, lo que peor es, que somos informados que las personas que assí ocupan las dichas sepulturas las venden a otros en tiempo de necesidad como si fuesen cosas profanas, ussando para ello de cautela y modos illicitos en offensa de nuestro Señor y peligro de sus ánimas y consciencias. Queriendo obviar lo sussodicho S.S. I. estatuimos y ordenamos que de aquí adelante ninguna persona de nuestro obispado de qualquier calidad y condición que sea pueda ocupar ni tener más de tres sepulturas para sí y su familia y casa; y los que al presente más de las tres tubieren, dentro de sesenta días las dexen libres y desembarazadas a las dichas Yglesias, y los fabriqueros y mayordomos dentro del dicho templo les vuelvan las limosnas y maravedis que por ellas dieron; lo cual queremos que se entienda, aunque digan que las heredaron , so pena de excomunión; porque Nos desde agora para entonces y viceversa, revocamos y damos porningunos los títulos o licencias que de Nos o nuestros predecesores tengan más de las tres dichas sepulturas que ellos escogieron".
Esta Constitución parece que no se cumplía por lo que el obispo advertía " que muchos de los parroquianos, por supuesto themor y enlasando sus almas con las penas y censuras puestas por derecho, cometen crimen y sacrilegio y simonía vendiendo las dichas sepulturas públicamente por dinero o por cosa que lo valga y haciendo donaciones que aunque suenan serlo libres son con pacto tácito de dinero que se da por ellas, y assí los que tales ventas, compras y donaciones han hecho y hazen, están en mal estado por las penas puestas en un mandato del obispo don Pedro Pacheco". Pero el tema de las sepulturas dio más juego.

KOXKAS.-R.M.- 01/11/1986

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