sábado, 30 de noviembre de 2019

EXCURSIÓN ESCOLAR : (VI)

Posiblemente nuestro pueblo fue bautizado San Sebastián en el Camino de Santiago - Hasta el siglo XI no hay constancia escrita de su nombre.- La ermita, iglesia y monasterio del Antiguo.

¿Pero cuándo comenzó a llamarse nuestro pueblo San Sebastián? Dejemos correr los años hasta que llega el 900 de la era Cristiana. Entonces es fama que San León, obispo de Bayona, vino a evangelizar a aquellas gentes de la Artiga y de Urgull. Tan tardía introducción del cristianismo se explica por la falta de núcleos de población de alguna importancia en esta parte del país.
De 980 -aunque la copia existente sea de fines del siglo XI o comienzos del XII- es la Carta de Arsio, también Obispo de Bayona, donde se cita a "Sanctum Sebastianum". De mediados del siglo XI, aunque aparezca fechada en 1014, es la Donación de Sancho el Mayor de Navarra al Monasterio de Leyre en que asimismo aparece el nombre de San Sebastián, y desde el año 1101 será su confirmación y nueva donación otorgada por Pedro I de Navarra especificando "illam ecclesiam Sancti Sebastiani qui est in litore maris, in finibus Ernani".
Tenemos, pues, que del siglo X al XI se usa y generaliza el nombre de San Sebastián, seguramente unido a una ermita, pequeño monasterio o parroquia rural, en torno a la cual como centro religioso discurriría la vida económico-social de las gentes que poblaban estas tierras a un lado y a otro de la desembocadura del Urumea.
Pero,¿quién trajo hasta aquí el nombre del mártir romano que sirvió para bautizar a nuestro pueblo? Esto ya es más fácil de suponer o de imaginar: a comienzos del siglo IX la Santa Sede distribuye por la Cristiandad bastantes reliquias de santos enterrados en las catacumbas romanas; entre 827 y 830 llegan a la Abadía de San Medardo en Soissons (Francia) las de San Sebastián y muy pronto su culto se extiende llevado por los peregrinos que caminaban hacia Santiago de Compostela, ya que descubierto en 813 el sepulcro del Apóstol pronto atrajo la devoción de los fieles que no pudiendo ir a los Santos Lugares llegaban hasta la antigua Ira Flavia para ganar indulgencias y gracias espirituales.
No es que los principales caminos de peregrinación a Santiago pasasen por nuestra tierra, pero sí otro de menor importancia que a modo de atajo entraba en España por Irún, cruzaba el Urumea por Astigarraga y seguía por Hernani, Tolosa, Segura y el puerto de San Adrián hacia Álava; camino que también seguirían los trajinantes puesto que en esa época el comercio europeo, sustituyendo al comercio árabe, comenzaba a surtir a Castilla. Pero había también otra ruta marginal que tras cruzar el Urumea pasaba por Ayete a Venta Berri, atravesaba la regata de los Juncales, subía a Igueldo y faldeando Mendizorrotz seguía por Orio, Zarauz y Zumaya, hacia Vizcaya.
Llegados por uno u otro camino, los peregrinos o los mercaderes, traen hasta aquí el culto a San Sebastián, protector contra la peste y las epidemias, cuyo nombre tomará la ermita, monasterio o iglesia del Antiguo existente en la parte baja de la Artiga, nombre que andando el tiempo se extenderá al grupo de casas de pescadores agrupadas junto al puertecillo formado al abrigo de Urgull.

LECTURA: 
"Historia Eclesiástica de San Sebastián" (1951). RAMÓN DE INZAGARAY, Pbro.

viernes, 29 de noviembre de 2019

EXCURSIÓN ESCOLAR : (V)

Bajo la amenaza de los piratas normandos comenzó a vivir San Sebastián .- La población pescadora se establece en la falda sur de Urgull.

Aquellas noches de los plenilunios paganos se hacen densísimas tinieblas para la historia de nuestro pueblo no sólo en los primeros tiempos, sino casi a todo lo largo de la Edad Media.
Los visigodos, que en el siglo V entran en la península atravesando la frontera natural del Pirineo, ninguna ciudad apta para ser saqueada encuentran aquí y, por lo tanto, no dejan huella de su paso por las tierras donostiarras.
Algo parecido ocurrió cuatro siglos más tarde con los normandos, feroces piratas que tenían sus guaridas en las calas y estuarios franceses próximos a nuestra costa. A mediados del siglo IX se adentran aguas arriba del Bidasoa y del Urumea buscando en el interior los centros de población donde había mayor y mejor botín que en los caseríos y chabolas de la costa.
Tal vez los ataques normandos a Pamplona determinaron, por disposición de los primitivos reyes navarros, la construcción de torres y atalayas que  servirían para vigilar el mar y para defender los accesos hacia el interior del país.
¿Fue éste el origen de las fortificaciones en Urgull, en Pasajes y en Fuenterrabía? Es posible y a tal posibilidad podemos unir la hipótesis de que algunos donostiarra que, dedicados a la pesca, vivían desparramados por las orillas del Urumea, se sintiesen más protegidos junto a los hombres de armas de guarnición en la torre que en la falda Sur de Urgull dominaría la bahía y la desembocadura del río. A su amparo llevarían sus lanchas y sus redes y al abrigo del monte levantarían sus pequeñas casas, siendo este primitivo núcleo de gente marinera el origen de la población de San Sebastián. Claro está que San Sebastián aún no tenía tal nombre, por la sencilla razón de que aquel pequeño puerto o varadero al socaire de Urgull, el monte que ya estaba unido a San Bartolomé por unas dunas que la pleamar anegaba, carecía de topónimo.

LECTURA: 
* Historia  de San Sebastián (1794) . J. ANTONIO DEL CAMINO.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

EXCURSIÓN ESCOLAR : (IV) - Morogi.

Morogi, al que hoy los eruditos dicen corresponde Murguía - cerca de Astigarraga -, fue en tiempos del Imperio Romano un puerto del Urumea. Por él pasaban dominados y dominadores camino de las explotaciones mineras que había en Oiasso - el Oyarzun actual -, nombre del que se ha formado Easo y que más que a un pueblo correspondería a una zona o región.
Morogi es, pues, el primer nombre "donostiarra" que, recogido por Plinio, aparece en la Historia.

En la primera mitad del siglo primero de nuestra Era es cuando se escribe el nombre de "Morogi"; y quien tal hizo fue Plinio en su famosa "Naturalis Historia" para decirnos que Olarso -que es nuestro vecino Oyarzun- está situado "entre el bosque de los Ouascones -el Jaizkibel- y los "oppida" de los Vardulos : Morogi, Menosca, Vesperies y el Portus Amanum donde está la colonia Flaviobrica". Morogi, próximo a Astigarraga, el puerto del Urumea del que hay por lo tanto la más antigua referencia escrita, es al que corresponde hoy la voz Murguia, siendo ese barrio en la Historia la única vinculación romana de que podemos presumir, pues toda la gloria -o todo el dolor- de haber servido al Imperio le corresponde en Guipúzcoa a Oyarzun, el Oiasso, Olarso u Oiarso - de donde seguramente ha salido ese Easo que nos apropiamos con dudoso derecho- valle, poblado y puerto -el actual Pasajes- cuyo nombre recogieron los geógrafos de la antigüedad y donde los romanos explotaron durante más de doscientos años los yacimientos de galena existentes en Arditurri, al pie de las Peñas de Aya.

Aquellos seiscientos o más trabajadores de las minas, en su mayoría esclavos hechos durante las Guerras Cantábricas, y el proporcionado número de sus vigilantes y guardianes, los legionarios romanos, componían un importante núcleo de población, vecindad poco grata, como es lógico suponer, para los várdulos, nuestros abuelos, que tenían sus plantaciones y sus rebaños en las orillas del Urumea....

El Imperio Romano cayó, sus legionarios abandonaron Oyarzun, cesó la extracción de mineral en Arditurri, pero los "donostiarras" de la Artiga siguieron viviendo en ella dedicados al cuidado del ganado y al trabajo de la tierra, bailando al son del chistu las viejas danzas rituales y rindiendo culto a la Luna, pálida señora de la noche.

LECTURAS :
* "Geographika" (28-27 a. de J.C.).- ESTRABÓN.
* "Naturalis Historia" (77 d. de J.C.).- PLINIO.

EXCURSIÓN ESCOLAR : (III) - ¿Hubo habitantes en San Sebastián durante los tiempos prehistóricos?

¿Hubo habitantes en San Sebastián durante los tiempos prehistóricos? He aquí una pregunta que no puede - por ahora - contestarse con exactitud. Es muy posible que sí... porque los había a relativamente poca distancia : en las cuevas de Landarbaso. Los caseríos que todavía existen en la antigua Artiga -San Bartolomé, Miraconcha, Ayete, Lugáriz, etc.- , acreditan la pervivencia de la forma de vida pastoril y agrícola que tenían los primitivos pobladores de esta tierra.

Te hemos hablado de miles y miles de años para situar de una manera vaga -en la Era Terciaria- el origen de las tierras sobre las que hoy se asienta San Sebastián. Tenemos ya el escenario; pero ¿y los actores?¿Dónde estaban?¿Cuándo llegaron aquí?...¡Sentiríamos defraudarte! No estaban y aún habían de tardar muchos siglos en llegar.

En el Epi-Paleolítico - de 50 a 20.000 años antes de Jesucristo- sitúan los paleontólogos la presencia de seres humanos relativamente cerca de San Sebastián : en las Cuevas de Landarbaso, entre Astigarraga y Oyarzun.

Algo más lejos, en Orio y en Deva, hay también testimonios de su existencia. Pero aquí no; lo cual no quiere decir que en lo que hoy es término municipal de San Sebastián no hubiese habido moradores prehistóricos o protohistóricos, sino que hasta ahora no han aparecido restos humanos o materiales que lo atestigüen.

Pero es hipótesis admisible que en la alta península de la Artiga los hubo y dedicados al pastoreo y a la agricultura, dos ocupaciones que perdurarán -la segunda hasta nuestros días-  en esa parte de lo que hoy es San Sebastián.

Cabe aceptar en apoyo de tal hipótesis que los caseríos actualmente existentes son la última fase de desarrollo social a que llegan los primitivos cubilares, seles o majadas en la evolución de una prehistórica actividad pastoril a una menos antigua forma de economía agrícola. Y esta hipótesis vale también para las tierras de la orilla derecha del Urumea, el río-padre de San Sebastián, pues en aquellos remotos tiempos las corrientes de agua y sus cuencas o valles, daban unidad geográfica a los pequeños núcleos familiares esparcidos en una no muy extensa área.

Si de los donostiarras de la Artiga no tenemos restos humanos ni arqueológicos, en cambio de los que vivían al otro lado del Urumea poseemos una noticia documental -esto es, cierta,- aunque tan sólo sea un nombre; un nombre citado para señalar los límites de otro más importante -Oiasson- conocido en el Imperio Romano desde algunos años antes de Jesucristo. El nombre a que nos referimos no te va a decir mucho, pero es el primero que suena con acento de verdad en la historia de nuestro pueblo: Este nombre es MOROGI. 

LECTURA : "San Sebastián en la Prehistoria y Protohistoria" (1963).- LUIS PEÑA BASURTO.

EXCURSIÓN ESCOLAR (II) : En la Era Terciaria .......

En la Era Terciaria, hace medio millón de años, se resquebrajó la muralla costera cantábrica, abriéndose, en la parte correspondiente al actual San Sebastián, el boquete de la Zurriola y el de la Concha, que entonces formaron una gran bahía, desde Montpas hasta Igueldo, con dos islas en medio : la de Urgull y la de Santa Clara.... Aquella , al cabo de los siglos, dejó de serlo quedando unida al Cerro de San Bartolomé por una ancha faja de arena, sobre la que se asienta nuestra Ciudad.

Conocemos perfectamente la situación geográfica del San Sebastián actual; podemos, desde Igueldo, desde Ulía y desde Urgull dominar, a vista de pájaro, todo su perímetro urbano y una gran extensión de sus alrededores. La ciudad no tiene secretos para nosotros... pero esto es hoy, cuando estamos en la segunda mitad del siglo XX. ¿Cómo era San Sebastián hace cinco mil siglos o medio millón de años que son -según el Prof. Pericot- el tiempo que nos separa de la Era Terciaria?.

En aquel remotísimo período de la Prehistoria es cuando tuvo lugar una gran conmoción geológica causante del nacimiento de los Pirineos, los que a su vez hicieron surgir el "domo" de Martutene, cuyo núcleo central sea posiblemente Santiagomendi, que a su vez determinó el levantamiento de las capas terciarias de la costa cantábrica hasta colocarse en posición vertical (lo que hoy puede comprobarse en la bocana de Pasajes).

Pero en aquella muralla de tierra y rocas se produjeron unas fisuras que el embate de las olas y luego la corriente de las aguas de los ríos fueron agrandando... Así quedaron abiertos, en la zona de costa correspondiente al actual término de San Sebastián, tres boquetes: el de Ulía a Urgull, el de Urgull a la isla y el de ésta a Igueldo. El mar entraba por ellos inundando todo lo que hoy es el valle del Urumea hasta más arriba de Hernani, todo lo que hoy es Ondarreta y el Antiguo y Recalde, todo el actual cauce y las riberas de Añorga.

Las olas batían contra las laderas de Igueldo y contra las rocas de Ulía abrazando al cerro de San Bartolomé y Aldapeta que formaban el frente norte de la gran península de la Artiga, cuya afilada punta del Pico del Loro o Loreto-pea dividía aquella inmensa bahía -desde Montpas a Igueldo- en medio de la que emergían dos islas : Urgull y Santa Clara.... Porque habrían de pasar años y más años -diez mil, cien mil- hasta que, al cabo de ellos, las arenas que traían las mareas y las tierras que el Urumea arrastraba, acumuladas entre Urgull y San Bartolomé formaron el istmo -el tómbolo- sobre el que hoy se levanta gran parte de nuestra ciudad....

Pero si dudas de estas cosas ocurridas allá en la lejana noche de los tiempos, y si quieres comprobar con tus propios ojos el que San Sebastián ha nacido del abrazo del río y del mar, no tienes más que ir hasta el final de Amara y podrás ver como junto a los más modernos edificios donostiarras, oculta por verdes masas de juncos, sigue existiendo, viviendo, aquella agua antaño dueña y señora de todo el espacio que hoy ocupa nuestro pueblo.

LECTURA : "Observaciones fisiográficas en el litoral de Guipúzcoa"(1960).- JOAQUÍN GOMEZ DE LLANERA.

EXCURSIÓN ESCOLAR (I) : La Ciudad en la que habéis nacido .......

La ciudad en la que habéis nacido.- Donostiarra, josemaritarra, koskero, jatorra...-El tablero geográfico de la Plaza de Guipúzcoa.- Límites geográficos de San Sebastián.- San Sebastián, capital.

Vosotros sentís la satisfacción de haber nacido en San Sebastián o Donostia, que de ambos modos es conocida nuestra ciudad; y esa satisfacción, que es también orgullo, lo habéis heredado de vuestros padres, a quienes se la transmitieron los suyos, vuestros abuelos. Y tenéis razón -todos-de sentiros a gusto hijos de la Bella Easo (un tercer nombre que no se puede quedar en el tintero), que ha merecido los piropos más hermosos y más enaltecedores, no sólo de los que sienten por ella filial cariño sino de todos los extraños que han venido a visitarla y a compartir sus horas desde los lugares más distantes del mundo.

A ti, donostiarra, se te ha llamado josemaritarra (y ya sabéis por qué: por la abundancia del nombre José Mari entre las partidas de nacimiento de los registros civiles de San Sebastián); kaskariña o txori-buru, por ser el donostiarra amigo de fiestas, ligero de cascos, gascón, como veréis y sabréis después; si habéis nacido por el barrio que circunda San Vicente, koxkeros, por las koxkas o salientes de la iglesia; y si os comportáis de un modo llano y respetáis las tradiciones que son vuestras por ser de vuestros anteriores, jatorras. Aparte de estos calificativos que son los más usuales, el donostiarra responde a otros que son comunes a los vascos.

¿Desde dónde vamos a iniciar nuestra visita a través de la historia de la ciudad? Ningún lugar más apropiado que éste de la Plaza de Guipúzcoa, que parece como el jardín de un convento, donde un tablero geográfico, la columna  meteorológica astronómica, y en otro tiempo el cañoncito que marcaba las doce en punto y lo anunciaba a los vecinos, nos ponen en contacto con la situación geográfica de San Sebastián.

San Sebastián está situada a 43º y 19' de latitud septentrional y a 1º, 41' y 30'' de longitud este del meridiano de Madrid.

En el "Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia de la Historia (1802)", se dice que San Sebastián "ciudad y pueblo principal de la provincia de Guipúzcoa, a los 14º 38' long. 43º 19' lat. sept., situada en la antigua región de los vascones litorales o marítimos, término oriental de la misma provincia. El sitio que ocupa es una planicie, que empezando a formarse por el septentrión al pie de una montaña medianamente elevada, discurre como un tiro de cañón hasta un paraje, en donde vuelve a remontarse el terreno con una dilatada colina, que conforme va penetrando e internándose hacia el mediodía, continúa en tomar mayores incrementos de altura y elevación. Por la parte oriental y occidental cierra dicha planicie el mar Oceánico Cantábrico, que metiendo sus aguas por dos boquerones o aberturas de montes, forma en la segunda con inclinación al S. una ensenada de media milla de profundidad, cuyas ondas van a batirse contra las murallas de la ciudad y más espaciosos arenales, que en figura de media luna rodean La Concha, y en la primera una peligrosa barra que recibe los caudales del río Urumea, oriental de San Sebastián, llamado de la Surriola....Buenas vistas pueden apreciarse desde el Urgull.

El terreno en que está asentado es arenisco y se encuentra poca greda, por eso no hay casi lodo cuando llueve.

Las aguas de San Sebastián son muy blandas (excepto las que dimanan de pizarra o peña viva), no por eso dejan de ser sanas.

Donostia es capital de Guipúzcoa desde 1821. La Comisión que determinó la división del territorio español en provincias propuso que lo fuese Tolosa, que así lo pedía también la Diputación Foral. En 1844 (exactamente el 19 de enero), un Real Decreto dispuso que la capitalidad se trasladara a Tolosa, y diez años más tarde conseguimos los donostiarras otra disposición para que volviera aquí, y aquí está desde entonces. Los títulos que figuran en su escudo le fueron concedidos en 1552. Los de Noble y Leal por CarlosV, quien, a fines del mismo año, la declaró Muy Noble y Muy Leal. Y Ciudad lo es por gracia de Su Majestad don Felipe IV, en 1662. Conocéis bien el escudo : oleaje de azul y plata, un navío con velas del mismo metal y dos eses mayúsculas en su parte alta y la inscripción "Por Fidelidad, Nobleza y Lealtad ganadas".

Cómo ha surgido San Sebastián en la Historia, cómo ha llegado a ser lo que en la actualidad es, en definitiva, sus pasos, unos apresurados y gloriosos, otros lentos y dolorosos en el largo camino que ante sí se le ofrecía, es lo que vamos a pretender enseñarte en este libro sencillo que te sirva de estudio y lectura en tus tareas escolares. El amor es un sentimiento muy noble, pero amar a ciegas solamente pueden hacerlo los tontos. Hay que amar con conciencia de que se ama y con conocimiento de lo que se ama. Entonces es cuando el amor se convierte en un noble motivo que fundamente la vida. Tú amas a San Sebastián y nosotros queremos enseñarte cuanta es tu razón al hacerlo.

LECTURA : "Cosas de San Sebastián" (1907).- JOSÉ OTAMENDI.

jueves, 7 de noviembre de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS: "TIPOS POPULARES DONOSTIARRAS"

Las fiestas populares en el San Sebastián de hace ochenta años o cien años estaban animadas por figuras que han pasado a la pequeña historia de la ciudad. Voy a traer hoy a esta columna a algunas de ellas. Figura principal y alcalde a perpetuidad de aquellas tamborradas de 1900 fue Angelito Minondo. Tipo bohemio y chacarrillero, pertenecía a una familia acomodada que tenía un gran almacén de ultramarinos.
En unos San Fermines estaba en Pamplona y en la plaza de toros se armó la marimorena contra el presidente, y en medio del gran barullo Angelito Minondo sacó una larga caña de la que colgaba una naranja y acercándola al presidente le daba en la cara. Fue detenido y pasó quince días en la cárcel. Cuando llegó a San Sebastián en un landó tirado por cuatro caballos, le esperaba un gran gentío "que le recibió como a un héroe popular. Se apeó del coche dignamente y recibió el homenaje repartiendo apretones de manos y puñados de calderilla a la chiquillería", escribió Juan de Hernani.
Otra figura popular fue Manish, cuya gordura era insuperable. Llegó a pesar 175 kilos.  Su padre, también gordo, era cochero y dueño de una cochera en la calle Bengoechea. Manish de pequeño acompañaba a su padre en el pescante, pero al empezar a engordar renunció a sus paseos en coche y a los estudios de bachillerato. Tenía un gran apetito y muchísima sed. "En las cabalgatas aceptaba de buena gana el papel de Baco. Lustroso y coronado de pámpanos sobre un trono de barricas, era exactamente la pagana deidad del cuadro (Los borrachas o El triunfo de Baco) de Velázquez".
Ofrecía su figura para las fiestas benéficas y populares y sabía hacer de Don Tancredo en las becerradas de la Unión Artesana. Murió a la edad de 40 años.
Brocolo era otra de las figuras populares de hace años. Solía estar entre los tenderetes de La Brecha. Un día, una casera que buscaba un relojero para que le arreglara el reloj del caserío le contrató. Brocolo, que no tenía ni idea de relojería, se presentó al día siguiente en el caserío con un amigo, su ayudante. Lo primero que dijo es que mientras arreglaba el reloj "prepárenos una tortilla de jamón para merendar". Con un tenedor hacía cosquillas a la maquinaria. Cuando estuvo preparada la tortilla fueron a la cocina a dar cuenta de ella. Brocolo entraba y salía y hurgaba en las entrañas del reloj que, de repente, empezó a sonar. La casera pagó tres pesetas por el trabajo y Brocolo y su amigo se iban y el reloj seguía sonando. La casera preguntó cuando iba a parar a parar ahora todas las que le faltan", contestó.

KOXKAS . R.M. EL DIARIO VASCO . 

martes, 5 de noviembre de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS: "MIRANDO LLOVER"

Estos días de lluvia resulta interesante leer un artículo que con el título "Mirando llover" publicó en 1903 José María Salaverría, del que reproduzco varios párrafos:
"Llueve y zumba el viento. También el mar toma parte en la singular sinfonía, y desde su dominio espumoso, viejo lleno de canas y gruñón, murmura tenazmente su queja de todos los siglos.
¿Qué le hemos hecho, pobres de nosotros, a la Naturaleza, para que de tal modo nos grite, nos zumbe y nos azote? Por las noches se oyen pasar las nieves del invierno, las aves alarmantes, perdidas en la sombra nocturna, llamándose con gritos de espanto. Vuelven de los lagos septentrionales a habitar otra vez los ríos y albuferas meridionales, y el triste ser humano que no puede volar como ellas, sueña con una emigración fantástica hacia países radiantes.
¿Por qué no hacen los hombres lo que las aves afortunadas? Reunirse en grupos y andar, siempre de cara al sol, en busca de otros climas, abandonando las ruindades, el frío y la sombra, como peregrinos ideales de un ansia nueva ....?
(.....)
Llueve con una insistencia abrumadora, y zumba el viento, y brama el mar, y en las anchas calles de la ciudad sólo se ven algunas sombras que huyen apresuradas. Todo es soledad, todo es envidia de aquellos días estivales que pasaron. Con una burla cruel del invierno, entre los copiosos chaparrones pueden verse los lugares del placer. Las casetas de baño sobre la playa que la furiosa marea llena con su oleaje; los palacios vacíos, con las ventanas cerradas como pupilas que duermen; el Casino mudo y solidario, sin músicas ni mujeres, ni ruedas pomposas de fuego, erguidas las dos torres como brazos que imploran.
Y sobre la terraza, enmarañadas las dentadas hojas por el furioso viento, una palmera enana, una pobre palmera expatriada se esfuerza aún en conservar un lazo color rosa, deshilachado ya, pero sugestivo como un poema (......)
Cuando muere el día, alguna vez se oye de repente por el lado de la bahía el rugido de la sirena de un vapor. Y como el viento lo agranda y hace alarmante, semeja aquel rugido una gran voz de espanto; como si el espectáculo del mar, fundido en la procelosa energía, hubiese infundido en el barco que huye un indescriptible terror pánico.
Entonces, por las desiertas calles, por los paseos solitarios, los seres ínfimos que viven de migajas se alarman también ante la promesa del invierno. (.....)

KOXKAS. R.M. - El Diario Vasco . 2 de Noviembre de 1992

domingo, 3 de noviembre de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS: "TEMPORAL EN EL CANTÁBRICO"

FUE aquel un temporal, uno más, de los que el Cantábrico suele registrar cada año, con todas sus consecuencias de destrozos, naufragios y a veces víctimas mortales.Al que voy a referirme se inició en la noche del viernes al sábado, 23-24 de noviembre de 1928. El vendaval fue en aumento y en plena noche sorprendió al pesquero 'Irurak-Bat', de matrícula de San Sebastián que rompió amarras y fue arrastrado por las olas mar adentro. Los tripulantes, menos dos, consiguieron abandonar el barco que por fin fue arrastrado hacia el Club Náutico desde el que se tiraron unas cuerdas y los dos tripulantes que se hallaban a bordo consiguieron salvarse. El barco fue a estrellarse a la playa de La Concha, quedando partido en dos mitades. El temporal causó algunos destrozos, principalmente en los tejados. El embarcadero del Náutico fue destrozado. La entrada en el puerto de los pesqueros que llegaban de arribada forzosa se hacia con grandes dificultades. La motora salvavidas de la Sociedad de Salvamentos les prestaba ayuda. Dos pesqueros, zarandeados por las olas, corrieron peligro de abordarse, pero fueron auxiliados por la lancha.El agua hizo destrozos en el muelle, en la parte de Cai-Arriba, donde el muro del malecón exterior, resquebrajado por los empujes del agua, se agrietó y cedió, derrumbándose. Las aguas, libre el camino que les ofrecía el muro derribado, comenzaron a adentrarse cada vez más, llevando objetos que no habían sido retirados. Las aguas saltaban por la escalinata que subía al Paseo Nuevo, destrozando la caseta de Obras Públicas que había allí. Tuvieron que ser desalojadas aquellas casas. Algunos talleres quedaron destrozados.El barco de la casa Sota y Aznar, de 2.700 toneladas, el 'Arnabal-Mendi', navegaba de Bilbao a Pasajes y al no poder entrar en este puerto regresó a Bilbao, pero era tal la fuerza del viento y el estado del mar, que fue arrastrado hacia el cabo Machichaco. Se le rompieron algunas palas de la hélice, quedando el barco sin gobierno, yendo a parar a la deriva a la costa francesa, embarrancado en las rocas próximas a San Juan de Luz. El SOS lanzado por su capitán Venancio Goitia, fue recogido y los 28 hombres de la tripulación, entre ellos un muchacho de 15 años, fueron salvados por el pesquero 'San Pedro', de Pasajes. Se lanzaron cabos de arrastre, pero era imposible remolcar al 'Arnabal-Mendi', que fue contra las rocas, destrozándose.El temporal siguió dos días más, sin que se registraran desgracias personales.

sábado, 2 de noviembre de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS: "DE COMIDAS Y FIGONES"

Hoy escribimos sobre tabernas, figones y pantagruélicas comidas. Estamos en 1934 y el apetito de los donostiarras, por lo menos de bastantes, era excelente. Prueba de ello es lo que comieron los empleados del Gremio de Carniceros, obsequiados por éste.
Fue en noviembre y se les quería premiar porque durante la huelga revolucionaria de octubre habían asegurado con su actividad el suministro a la población y a los hospitales.
Eran treinta y seis jóvenes  " de contextura atlética y estómago como simas". Comieron "sólo" esto: Entremeses, sopa de pan, sopa de gallina, plato frío, fritos variados, angulas, perdiz en salsa, pollo asado con ensalada, fruta, queso y pasteles. Después hubo café, copas y cigarros.
El periódico "El Pueblo Vasco" que daba la noticia decía que todos los comensales quedaron satisfechos. Todos menos uno, quien dijo confidencialmente  a la criada: "Ponme un "changui" con bastante jamón, mantequilla y así, porque tengo que ir a Pasajes. Es para el camino".
Vayamos, mientras hacemos la digestión, a una taberna que se inauguró aquellos días de noviembre de hace sesenta años. Y se anunciaba en forma de arenga homérica, así: "¡Ciudadanos! ya es hora de abilcar los prejuicios y las diferencias habidas por mezquinas ambiciones ciudadanas entre nosotros los mortales. Para conseguir lo expuesto bastará reintegrarnos a nuestras costumbres pacíficas y dedicar todos los ratos de ocio a nuestras clásicas alegrías españolistas y proporcionadas por nuestro gesto, nuestros vinos finos y olorosos y el paladar masculino y femenino que fue símbolo vigoroso de nuestra raza".
Este texto era la primera parte del anuncio de la taberna que quería ser "nido de reconciliación, lugar de placeres para las fauces y jol de la gloria". El tasquero autor del anuncio a la entrada del ingurgitorio puso este cartel : "Por razones de higiene se prohíbe hablar de política"
Y para terminar, lean ustedes lo que decían las Ordenanzas de la Villa de 1489, artículos 61 y 124: "Ordenamos y mandamos, que si alguno maliciosamente tirase a otro por los cabellos que pague la multa de 100 maravedises y que sea puesto en la cárcel y esté en ella 8 días. Y que si le tirase por la barba  pague multa doble". "Ordenamos y mandamos que si hubiese fuego en alguna casa de la Villa, que los que tienen vinos y sidras estén obligados a darlos para apagar el fuego. Y que el Ayuntamiento está obligado a pagar al dueño de dicho vino y sidra lo que de ellos se hubiere gastado en apagar el fuego"

(KOXKAS. R,M, El Diario Vasco. 2 de Noviembre de 1994)

KOXKAS DONOSTIARRAS: "NOVIEMBRE"

Noviembre era el mes noveno de los romanos, cuyo año sólo contaba diez, y el undécimo del calendario Juliano y Gregoriano. Es el mes en el que se celebra la fiesta de los difuntos. Jóvenes y viejos, mujeres y niños, todos se dirigían a la mansión de los muertos y allí tenían un recuerdo de lo seres queridos.
Cada uno se dirige a una tumba, donde están descansando las cenizas de la madre, del padre, del hijo.... Un anciano llora ante una losa en la que solo se ven inscritas estas palabras: "Diez y ocho años". Una mujer deposita unas flores en otro sepulcro. Dos niños con las manos juntas rezan: les han dicho que recen y que miren al cielo, porque su madre está allí. Cuando abandonan el lugar uno le dice al otro: "Si mamá no viene mañana, es porque ya no nos quiere".
Es noviembre un mes triste en el que los árboles pierden las hojas. Un poeta escribió: "¡Cuán triste están sus desnudas y torcidas ramas, que a manera de espectros, alargan sus descarnados brazos!¿Qué ha sido de su hermoso ropaje de mil verdes colores?¿Por qué solo tienen hoy para cubrirse ése tosco sayal?¿Habrán muerto por ventura?¡No, silencio, duermen solamente! Hacen lo que tantas hermosas coquetas, que al entregarse en brazos de Morfeo, se despojan de sus postizos y adornos, arrojándolos con disgusto, El árbol deja caer hasta la última de sus hojas, y cuando mustias y secas aparecen por el suelo, impelidas por el ímpetu de los vientos, parece que las miran hasta con desprecio y que las dicen estas crudas palabras: Ya sois viejas y no estáis de moda. Enseguida se duerme, esperando al espléndido y brillante proveedor, que ha de proporcionarle nuevas galas: ¡la primavera! Adiós, pues, arbolillo, buenas noches"
Noviembre era el mes en que el leñador derribaba algunas encinas, olmos o robles del bosque, que en las serrerías comercializaban, y en su lugar plantaban otros jóvenes y pequeños árboles. En algunas plantaciones arrancaban las cepas viejas y plantaban las nuevas, preparaban la sidra, trasegaban los vinos, sembraban coles, preservaban de las heladas los tubérculos destinados a la alimentación de las personas y del ganado, mataban a los cerdos y elaboraban morcillos y chorizos.
Los poetas han preferido cantar a mayo, a la primavera, aunque no han faltado quienes se han inspirado en las primeras nieves que como antesala del invierno caían en noviembre. Mes que también tiene sus encantos y sus leyendas que se contaban en los hogares junto al fuego que ardía en las chimeneas.

(FUENTE: KOXKAS. R.M. El Diario Vasco. 2 de Noviembre en 1995)


viernes, 1 de noviembre de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS: "POLLOE"

POLLOE, el cementerio donostiarra, fue inaugurado en 1877 y el primer enterramiento fue el de Cayetano Michelena, de 25 años, natural de San Sebastián, casado, que había muerto en la Beneficencia el 4 de octubre. Hasta que se abrió Polloe los cementerios en la ciudad eran el de San Bartolomé, en el cerro de este nombre, y el de San Martín, que estaba  aproximadamente donde hoy se alza la Audiencia y en la manzana contigua, donde se halla el convento y capilla de las Siervas de Maria.
El cementerio de Polloe está cruzado por calles, todas  como es natural con nombres de Santos: San Sebastián, San Lorenzo, San Prudencio, San Ignacio, San Martín, San Vicente, San Pedro, Santa Clara, Santa Catalina, Santa María, Santa Teresa.... Calles estrechas a cuyos lados se alzan panteones y cipreses. Calles generalmente solitarias, excepto cuando hay un enterramiento y en estos días de noviembre en que el recuerdo de los muertos se aviva ante las fechas de Todos los Santos y Difuntos.
Resulta curioso saber que una zona de Polloe, donde estaba la llamada fosa común, separada de los grandes panteones,está dividida en calles cuyos nombres son los patronímicos de los Concejales que formaban la Comisión de Gobernación : calle de San Fernando (Fernando Sasiain), de San Manuel (Manuel Lartigue), calle de San Casimiro(Casimiro Iturrizaga), de San Alfredo (Alfredo Camio), de San Nicolás (Nicolás Goitia).
La puerta de entrada al cementerio luce esta leyenda: "Pronto dirán de vosotros lo que hoy dicen de nosotros: murieron". Y otra leyenda curiosa la que luce el panteón del Marqués de Casa Valdés: "Última casa de Valdés".
También en el cementerio hay divisiones según el capítulo económico que acompañó a los allí enterrados. Hay panteones que llaman la atención por su buen gusto, hasta su suntuosidad. En Polloe descansan para siempre José María Usandizaga, el general Barroso, muerto cuando era Ministro de Gracia y Justicia, los padres del cardenal Merry del Val, el Conde de Serrallo.
Un panteón guarda los restos de algunos , no todos, de los donostiarras que se reunieron en Zubieta en septiembre de 1813 tras la destrucción de la ciudad en 1813.
Pasear por las calles de Polloe en una tarde melancólica, agregaba tristeza a los viejos recuerdos que venían a mi mente ante los nombres de los allí enterrados. Compañeros de estudios, víctimas de la guerra del 36, gentes con las que conviví en el quehacer de cada día , familiares queridos..... llenaban mi ser de tristeza. Momento de oración.

(FUENTE: KOXKAS. R.M.- El Diario Vasco, 1 de Noviembre de 1998)