¿Cómo pasó San Sebastián a depender de Castilla retirándose de la obediencia a Navarra?
Resulta extraño que a los seis años de morir Sancho el Sabio que le había dado el Fuero, esto es el ser o la razón escrita de su vida ciudadana, aprovechara la ausencia de su sucesor Sancho el Fuerte en el norte de África para entregarse a Alfonso VIII de Castilla. Pero no fue sólo San Sebastián la que mediante un Pacto se puso bajo la autoridad de este monarca, sino que también se le abrieron las fortalezas de Fuenterrabía, Feloaga en Oyarzun, Elosua entre Azcoitia y Vergara, Arrasate en Mondragón, Ataun y Escoriaza, esto es los puntos estratégicos de la provincia.... que el rey castellano necesitaba ara asegurar el paso de sus tropas a Francia donde había obtenido, por dote de su mujer doña Leonor, el Ducado de Guyena.
"Acompañado de unos pocos caballeros -escribe el doctor Camino citando al Bachiller Zaldivia- pasó don Alfonso del sitio de Vitoria a San Sebastián donde se estipularon las condiciones de la entrega".
La forma en que el soberano castellano entra el año 1200 en posesión de Guipúzcoa, ¿no podría ser un aspecto hasta ahora desconocido de las luchas banderizas que durante más de dos siglos llenaron -muchas veces de horror- la historia del País Vasco?
¿Por qué San Sebastián, en cuyo censo y representación municipal es lógico suponer abundaban los gascones, se abrió tan fácilmente a quien para esos mismos gascones y para sus hermanos del otro de la frontera representaba la continuidad de la "tiranía inglesa"?
¿Cabría pensar que en aquel San Sebastián en formación el vecindario de origen francés estaba sometido a la autoridad del "Senior Ville", del Preboste, del Merino, de los funcionarios reales posiblemente afectos -como en ocasiones lo estuvieron a la parcialidad benderiza gamboina, esto es pro-castellana?
Lo cierto es -y averiguar esas hipótesis las dejamos como futura tarea investigadora a nuestros jóvenes lectores- que Alfonso VIII puede considerarse en 1200 -y así lo fue de hecho- Rey de San Sebastián y Señor de Guipúzcoa. Aquí tenía amigos y aliados y aquí vuelve en 1204 y en 1209 para desde San Sebastián intervenir militarmente en las luchas que se reñían en tierras de Gascuña.
LECTURA:
"Tanto el Diccionario Geográfico Histórico de la Real Academia de la Historia, en su edición única de 1802, como la Memoria justificativa de San Sebastián que redactó Claudio Antón de Luzuriaga, proclaman del modo más categórico que Alfonso VIII llegó a titularse Rey de San Sebastián, con lo cual nuestra ciudad quedaría investida automáticamente de la categoría de Reino.
"Fue muy honroso -dice el Diccionario- para San Sebastián que Don Alfonso VIII le incluyese en los dictados o títulos de los pueblos en que rei naba, pues una escritura de concordia entre Bañares y Santurce sobre límites y dehesas, la cual existe en el archivo de la Catedral de la Calzada, su fecha 3 de agosto de 1211, concluye con el reynado de don Alonso de Castilla, Toledo, Alava, San Sebastián, Návera y Calahorra, según Texada, Historia de Santo Domingo de la Calzada."
Por su parte, la Memoria Justificativa, tributaria evidente de la noticia echada a rodar por Texada, dice que "Don Alfonso VIII honró singularmente este Pueblo comprendiendole entre sus dictados en los Diplomas y Reales Despachos e intitulándose Rey de San Sebastián, según resulta de una escritura de concordia entre Bañares y Santurce...".
La reacción que una noticia tan halagadora ha producido entre algunos eruditos ha sido varia. Unos han negado rotundamente la autenticidad del documento, en que tal dictado se contiene. Otros, en cambio, han aceptado plenamente.
Y ahí está precisamente el nervio de la cuestión: don Alfonso no se ti tula a sí mismo Rey de San Sebastián, sino que otros le titulan así. Es por lo tanto una simple oficiosidad de los contratantes de un documento privado. Por eso han ido demasiado lejos quienes han negado la autenticidad del documento y quienes han sobreestimado sus características. El documento existe, sólo que no dice lo que algunos quieren hacerle decir.
Es en una escritura de venta otorgada por la Abadesa de Santa María de Cañas; lleva la data 1238 en cómputo de era, que trasladada a la cronología cristiana, hace el año 1200. Es fácil leer en la parte última de la línea quince y en la línea siguiente esta expresión: "Regnante rege aldefonso in Castilla et in alaud et in campezo et in maranon et in youzcua et in sancto sebastiano". Y, para que no quede lugar a dudas, se alude en la línea que va a continuación a Diego López, Señor también de San Sebastián entre otras localidades señoreadas, sin que entre ellas figure esta vez Guipúzcoa.
que Quedamos, por lo tanto, en que hasta ahora no hay pruebas de Alfonso VIII se titulase a sí mismo Rey de San Sebastián. Pero quedamos también en que el documento estudiado por Texada no debe ser considerado como apócrifo, ya que conocemos otros congéneres suyos que le avalan plenamente."
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