VII Efemérides de la época
1852. 1 de julio. - Se inaugura la Plaza de Toros, llamada de San Martín, de cuyos pormenores nos ocuparemos más adelante.
1855. 15 de marzo. — Se inauguró el faro de Igueldo. Este faro fue servido por el torrero señor Salaverría, padre de los conocidos escritores don Mariano y don José M.ª, quienes vivieron en él durante su juventud.
1860. 1 de enero. - Se inaugura en San Sebastián el primer sello postal.
1863. 3 de mayo. - Se recibe en el Ayuntamiento el anuncio de la autorización para el derribo de las murallas. Esta decisión tan deseada y bien recibida, así como las muestras de alegría popular a que dió lugar, son conocidas por la actual generación, por la reciente conmemorcaión con que se ha celebrado su centenario.
1866. 9 de enero. — Muere ahogado en la bahía el valiente y humanitario pescador, tratando de salvar a un náufrago, como lo había hecho en otras ocasiones, Mari Zubía, un pescador natural de Zumaya, cuya hazaña queda perpetuada por un monumento y una lápida, que le dedicó San Sebastián.
1868. 23 de junio. - El establecimiento comercial con la denominación de «El Andorrano» que hoy perdura en la esquina de las calles Peñaflorida y Garibay, se inaugura en la calle Bengoechea n. 1, esquina a Oquendo, donde luego se instaló el Café del Norte, de don Eustaquio Irureta.
1869. 9 de marzo. — Por R. O. se dispone, que Igueldo se considere como un barrio del Municipio de San Sebastián.
1870. 14 de mayo. — Se crea la Sociedad «Unión Artesana> Decana de las Sociedades donostiarras.
1870. 13 de marzo. - Nace don Joaquín Muñoz-Baroja, benemérito donostiarra, fundador del Orfeón Donostiarra, socio fundador de la Adoración Nocturna de San Sebastián, propietario de la casa comercial e industrial más antigua de San Sebastián, condecorado con la medalla de la Ciudad, la del Centenario del derribo de las murallas y otras muchas distinciones.
1872. 24 de junio. — Se inaugura el Puente de Santa Catalina, único puente que unía a la ciudad con la orilla derecha del Urumea, sustituyendo al viejo de madera que desempeñaba esa función. El contratista que lo construyó, fue el señor Arzuaga, abuelo de nuestros amigos los hermanos Tamés.
1873. 22 de octubre. - Se inaugura el Ferrocarril del Norte, en su trozo San Sebastián-Irún.
1876. 20 de enero. -Una granada disparada por los carlistas, desde Arratzain, por la batería del caserío Venta ziquin hiere gravemente al poeta vasco, Indalecio Bizcarrondo, (Vilinch) siendo causa de que falleciera a los pocos meses a consecuencia de sus lesiones.
1876. 20 de abril. -Terrible temporal en el Cantábrico que causó numerosos naufragios y la importante cifra de más de 200 ahogados, todos ellos pescadores de la costa Vizcaína y Guipuzcoana. El benemérito donostiarra y acaudalado comerciante don Ignacio Mercader, amante del mar y de cuanto con él se relacionaba, así como de los pescadores, que a la sazón era Presidente de la Sociedad de Salvamentos de Guipúzcoa, se interesó por los supervivientes y las familias de los ahogados, socorriéndoles pecuniariamente y poniendo a su disposición uno de los cuatro vapores que para su comercio con las colonias americanas poseía, cuyo barco, llamado «Comerciante» les ayudó en las faenas de la pesca, en vista de cuyo resultado, creó la primera flota pesquera movida por vapor con el nombre de «Mamelenas», como recuerdo de su esposa fallecida a la que llamaban mamá Elena.
Todos ellos fueron llevando números correlativos hasta 12, siendo construído el 1, en Leith (Inglaterra) por la casa David Allan. Su botadura constityyó un acontecimiento en aquel pueblo marinero, más aún porque no se explicaban el hecho insólito de que un barco de vapor que parecía un yate se dedicase a la pesca.
A éste siguieron los números que correlativamente venían numerados, todos fueron de madera, menos el 9 y el 11 que eran de casco de hierro. Cuando llegaba la costera del besugo en invierno, con aquellas lanchas pesadas que llamaban caleras, tenían que ir a las calas bastante lejanas, los pescadores, a fuerza de remos y desde que se crearon las mamelenas, los pescadores iban embarcados en ellos, llevando a la zaga remolcadas, como las cuentas de un rosario, las lanchas caleras, para utilizarlas en las faenas de la pesca y volver en la misma forma que fueron embarcados, y las lanchas a la zaga. Ello dió lugar a que la palabra zaga fuese vasquizada, pues los pescadores les llamaban «sagakos» que significa «de zaga».
Los Mamelenas, fueron populares y todos los donostiarras seguían con interés sus avatares, naufragios, temporales que corrían y se enteraban, cuando de noche llegaban de arribada por las marejadas, del que llegaba, pues el número de pitadas las escuchábamos desde la cama diciendo: «ya llega el 7», о «éste debe ser el 1, y debe hacer muy mal tiempo», pues el 1, tenía fama de ser el que más se resistía a regresar por arribada forzosa. Estos barcos fueron los primeros dedicados a la pesca de altura y se utilizaban también en casos de regatas como balizas de salida y de llegada, así, en la famosa regata de Carril, de la que luego hablaremos, el 3, sirvió de baliza de llegada en Guetaria.
Don Ignacio Mercader (parece que lo estoy viendo con su chaquet y su sombrero de media copa, que no se lo quitaba nunca) iba todas las noches al Círculo Easonense y jugaba al «chapeau» en el billar y cuando por ser tarde se marchaban los socios y aún no había sonado ninguna pitada de algún mamelena, se quedaba sólo, con gran sentimiento del mozo encargado del billar, pues seguía jugando él solo, pues los jugadores eran él mismo, es decir, don Ignacio contra Mercader, y así cantaba el mozo «El señor Mercader 6, don Ignacio 4», hasta que al oir la sirena, sabía por el número de pitadas cual era el barco que llegaba, y se marchaba dejando la partida, al puerto, hiciera el tiempo que hiciera, para informarse de las novedades que trajese el barco. Como buen marino, no tenía inconveniente en embarcarse e ir a las calas, y pasar un día o dos en ellas, cuando quería informarse de visu de lo que pasaba. Don Ignacio, en unión con los Londaiz, tenían en Pasajes, una refinería de petróleo y creó el primer barco petrolero «San Ignacio de Loyola», utilísimo para los aficionados a la carrera de marinos en Guipúzcoa, pues en sus viajes a Filadelfia para traer el petróleo crudo, servía de viaje de prácticas para los estudiantes de marina mercante. Muchos amigos hemos tenido, que han hecho su carrera de capitanes de la Marina Mercante, entre ellos recordamos a Ramón Aramburu, Ignacio Roca, Gabriel Zufiria, que fue práctico de este puerto, Antonio Vivar, Jefe que fue de la Guardia Municipal, Juan López Albizu, que después de muchas singladuras por los mares de América y la China, cambió su carrera por el sacerdocio y murió siendo Canónigo de la Catedral del Buen Pastor en esta Ciudad; los dos únicos supervivientes de aquella brava generación de marinos, son Andrés Santo Domingo y Andrés Artamendi.
El «San Ignacio de Loyola», entró en servicio el día 8 de septiembre de 1896 y hacía la travesía de Pasajes-Filadelfia en 60 días y la vuelta en unos treinta o cuarenta.
Bien merece este recuerdo don Ignacio Mercader y sus barcos, por su benéfica y humanitaria actuación. Cuando el 1, fue desguazado, la Casa Mercader regaló al Ayuntamiento su máquina, que la hemos visto en el museo de la Escuela de Artes y Oficios, como la primera del mundo dedicada a la pesca. La famosa flotilla ha desaparecido.
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