jueves, 6 de septiembre de 2012

LAS REUNIONES DE ZUBIETA

Había pasado el triste y trágico 31 de agosto de 1813, todavía humeaban algunas ruinas, la vecindad, en su inmensa mayoria, había abandonado la ciudad y se había acogido en caseríos y pueblos próximos. Ya no quedaba nada de lo que fue San Sebastián, todo había sido pasto de las llamas. 
El cronistaFrancisco López Alénescribió bastantes años después: «Llegó el 8 de septiembre y algunos vecinos donostiarras consiguieron congregarse en la Comunidad de Zubieta, en la casa solar Aizpurua, y en medio de la mayor angustia, medio desnudos, hubo todavía bastante serenidad, pues de entre los reunidos surgió una voz, aún vigorosa, que en estos términos sacudió el desfallecimiento: ¡ Señores, si la Patria necesita más sacrificios estamos dispuestos a más; nada importa que nuestras casas y nuestras haciendas se hayan perdido y que nuestros solares hayan quedado convertidos en montones de escombros; si precisos fueran otros sacrificios, aquí están todavía nuestras vidas dispuestas siempre a darlas por la patria».
Aquellas palabras levantaron los ánimos de todos los presentes y comenzaron las Juntas que, como escribió el historiadorModesto Lafuente, son «de inmortal memoria». El acta de la primera reunión de Zubieta comienza así: «Después de tomada, saqueada e incendiada la ciudad y estando ardiendo sus edificios... y después de un gran rato de tristeza y profundo silencio, interrumpido por los sollozos y lágrimas excitadas al verse reunidos los señores concurrentes, pálidos, macilentos, traspasados de dolor y desarropados los más, hablaron alternativamente los dos alcaldes, aplaudiendo el celo patriótico que manifestaban todos los señores con haberse reunido aquí, abandonando sus familias y olvidando sus particulares desgracias, a tratar del partido que había de tomarse en estas tristes circunstancias a favor de todo el vecindario». 
Uno de los primeros acuerdos fue el de reconstruir la población: «Erijamos un Ayuntamiento que reúna la voz, representación y derechos de todos los vecinos, y lleve el nombre de Ciudad San Sebastián, para que suene su existencia política, ya que ha desaparecido la física por su quema total». 
Al cabo de los años se realizó lo que en las Juntas de Zubieta se inició el 8 de septiembre de 1813, y como escribió López Alén los donostiarras «con serenidad pasmosa, limpiaron de escombros el suelo, removieron la tierra trazaron calles, levantaron casas, etcétera, dando así, con fe y energía, principio glo- rioso a la nueva era de la ciudad de San Sebastián».

KOXKAS - R.M. - DV - 08 SEPTIEMBRE 2001  

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