jueves, 24 de enero de 2019

KOXKAS DONOSTIARRAS : UN TEMPORAL

Hacía años que no se registraba un temporal de agua y viento, con un mar embravecido, como el que vivieron los donostíarras desde la madrugada del sábado 20 al mediodía del lunes 22 de dicíembre de 1884. La descripción que de aquélla furia del viento y el mar hizo el periódico Diario de San Sebastián pone los pelos dé punta. Nada tiene de partícular que el vecindario estuviese alarmado.

El sábado a la mañana arribó con un mar enfurecido la corbeta Concepción de Bílbao, viéndose en tan grave peligro que salio el salvavidas Guipúzcoa escoltando a un atoage a amarrar la embarcación y llevar la tripulación a tierra, pues el naufragio se consideraba inminente. La corbeta fue garreando sobre anclas hasta llegar a situarse frente al peñón del Antiguo, a pesar de lo fuertemente amarrada que había quedado.Pasaban las horas y la Concepción seguía garreando de tal modo que todos creían que iria a naufragar hacia el murallon denominado El Fraile.

El muelle y el paseo de La Concha se llenaron de curiosos, pese a la lluvia.Como el huracán iba adquiriendo cada vez mayor fuerza, zarparon de la bahía, contra viento y marea para Pasajes una docena de vapores de pesca. «Nunca se divisará otro espectáculo más grandioso y terrible a la vez, que aquel que presenciamos desde el Castillo de la Mota algunos pocos curiosos" escribió Diario de San Sebastián, «La lucha de los vapores contra el desencadenado mar fue sublime y terrible, sobre todo a la salida del canal de Santa Clara y frente a la barra del Urumea. Los vapores desaparecían por momentos, como sepultados bajo inmensos montes de agua, y al volver sobre la cima, pegaban tales botes que se asemejaban a pelotas de goma, Por fin, llegaron todo con felicidad a Pasajes, después de la atrevida y temeraria hazaña acometida por nuestros modestos cuan heroicos marineros».

En la bahía quedó el Maria Milagros cón la tripulación a bordo. El tiempo seguía empeorando, las olas barrían La Concha y los muelles; el vapor pedía auxilio siendo imposible socorrerle. Chimeneas y tejas volando por los áires. Sobre las 4 de la tarde el tiempo se calmó algo, comenzando a diluviar. En la madrugada del lunes los faros y truenos alarmaron a la gente, registrándose a las 6 un trueno que causó verdadero terror y que hizo temblar las casas de la Parte Vieja. Los relojes eléctricos se pararon. Un rayo cayó en el Castillo.Luego se calmó álgo el mar y el María Milagros pudo zarpar a Pasajes.

De aquellas jornadas conservaron memoria durante años los donostiarras, .


(D.V. - KOXKAS - 22 de DICIEMBRE de 1994 - R.M.)

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