martes, 16 de diciembre de 2025

XI El Batallón Infantil (12 septiembre de 1894)

 XI El Batallón Infantil (12 septiembre de 1894) 

Los reiterados éxitos que han tenido los desfiles y exhibiciones de las tamborradas infantiles, nos retrotraen a nuestra adolescencia con el recuerdo del famoso Batallón Infantil que hace sesenta y nueve años, en la fecha que encabezan estas líneas, desfiló y maniobró ante SS. MM. el rey don Alfonso XIII y su augusta madre doña María Cristina, en la plaza de toros de Atocha (emplazada en terrenos de la actual fábrica de Herederos de R. Múgica), con una marcialidad y disciplina impro. pia de sus componentes. Una iniciativa de don José Cárcer, secundada por la Comisión de Festejos del Ayuntamiento de San Sebastián, tomó cuerpo para organizar un batallón infantil constituído por niños de todas las clases sociales, desde los asilados de la Misericordia hasta los de familias más destacadas de la Ciudad, sin discriminación social ni aún para representar a las clases y oficiales que habrían de mandar las infantiles fuerzas. Reclutados los cuatrocientos cuarenta niños que habían de formar el batallón, comenzaron su instrucción a principio de verano en los solares de la fábrica de botellas de la Casa Brunet, que hoy ocupan los primeros chalets de la Avda. de Satrústegui, que más tarde debía de ser el campo de foot-ball de la Real Sociedad. Fueron sus instructores, haciendo competencia al patriarca Job, el coronel de Infantería don Julio Ortega (padre del que en el batallón había de figurar como cabo de gastadores), el niño Julito Ortega Tercero, hoy coronel Jefe de Fronteras, que a la sazón no había cumplido aún los seis años y los Oficiales don Francisco Rodríguez del Castillo y don Jesús Peña, además de varios sargentos y cabos de los Regimientos de Valencia nú mero 23 y Sicilia número 7, de guarnición en esta Plaza. Como en aquellos tiempos aún no se había fundado la Sociedad Hípica y, por tanto, no había facilidades para que los muchachos ejer citasen la equitación, hubo que resolver el problema de las plazas montadas de los jefes del batallón infantil, designándolos entre los hijos de Jefes militares de la guarnición que tuviesen la oportunidad de disponer de caballos y pudieran instruirse en equitación. Así pues, fue nombrado Teniente Coronel, Jefe del Batallón Infantil, Ignacio Roca, hijo del Coronel de Ingenieros, señor Roca, que por entonces dirigía la construcción de los fuertes del llamado campo atrincherado de Oyarzun, fuertes de Guadalupe, San Marcos y Choritoquieta. La designación de Comandante recayó en Antoñito Martí, hijo del Comandante de Artillería, don Manuel Martí. Ambos Jefes del Batallón Infantil llegaron en la equitación a la perfección, luciéndose en el desempeño de sus respectivos cargos. Las cuatrocientas cuarenta plazas que constituían el Batallón, tenían los mandos siguientes: Teniente Coronel-Jefe, Ignacio Roca; Comandante, Antonio Martí; Ayudante, Casto de la Torre; Abanderado, Ricardo Valle; Médico, Enrique Lataillade; Músico Mayor, Guillermo Múgica; Maestro Armero, Gabriel Güemes; Carrero, Manolo Salaverría; Cabo de Gastadores, Julio Ortega.

Las cuatro compañías de que constaba, estaban mandadas por: 

Primera Compañía: Capitán, Pablo Hernández; Primeros Tenientes, Fernando Salazar y Javier Arizmendi y Segundos Tenientes, Juan Cruz y Miguel Guillet.

Segunda Compañía: Capitán, Antonio Arrúe; Primeros Tenientes, Adolfo Pérez y Francisco González y Segundos Tenientes, Rogelio Fuentes y Joaquín Arrúe. 

Tercera Compañía: Capitán, Eduardo Martínez Añíbarro; Primeros Tenientes, Juan Bautista Novellán y Agapito Valle y Segundos Tenientes, Jesús Sagarduy y Florián Otero. 

Cuarta Compañía: Capitán, Andrés Juaristi; Primeros Tenientes,Ignacio Usandizaga y Tomás Urquijo y Segundos Tenientes, Vicente Usandizaga y Fernando Peón. Una banda de cornetas y tambores formada por los niños de la Beneficencia y una banda de música formada por veinte ejecutantes infan- tiles. El uniforme elegido fue el de miquelete, milicia provincial de gran prestigio en el país y muy apreciado por SS. MM., a quienes prestaban guardia en palacio durante la jornada veraniega, uniforme de airoso y elegante corte, con boina roja y una chapa con la inscripción de «batallón infantil», poncho azul con su esclavina y pantalón rojo, correaje negro y armamento de fusil Mausser y bayoneta y cuchillo, fiel reproducción en menor tamaño del modelo que se impuso en el ejército español con ocasión de la reciente primera guerra de Melilla. Organizado el desfile y exhibición para el día 12 de septiembre, el Batallón Infantil cružó la Avenida y el Puente de Santa Catalina a las cuatro y media de la tarde en correcta y marcial formación, dirigiéndose a la plaza de toros de Atocha, que se hallaba abarrotada de público con asistencia de la familia real y autoridades, donde entró en formación de a cuatro, dando la vuelta en dirección circular paralela a la barrera, hasta que una vez dentro toda la fuerza con la escuadra de gastadores, la banda de cornetas y tambores, y el batallón formado en columna por compañías, se dirigió ante el palco regio, haciendo alto, presentando armas y batió la marcha real, a lo que siguió un nutridísimo aplauso.

Seguidamente se pasó lista, se dio el parte de novedad, sin omitir detalle, y se hicieron diversas maniobras en el manejo del arma a la voz del Teniente Coronel Roca con tal precisión que llamó la atención el que a la voz de ¡Descansen!, el ruido de los fusiles al posarse en el suelo fuera unísono. 

Al son de marciales pasodobles se maniobró en columna por secciones por medias compañías y por medio batallón numerándose para la esgrima a la bayoneta, desplegándose a toque de corneta en medio de grandes aplausos que premiaban la pasmosa y exacta ejecución de la maniobra. 

A continuación, formó el batallón en cuadro ligero, procediéndose al reparto del rancho, obsequio del aristocrático Club Cantábrico, encerrado en una bonita fiambrera de hoja de lata con la inscripción de «El Club Cantábrico al Batallón Infantil», que podría llevarse pendiente de un cordón en bandolera. 

El rancho contenía una empanada de jamón, un pastel de hojaldre con dulces, una ensaimada, un panecillo, una caja de bombones de la Casa Louit Freres y una botellita de un decílitro de vino rancio generoso de la Casa Henry Garnier y Cía. de Pasajes. Durante la merienda, dieciséis miqueletes infantiles bailaron un Aurresku, llevando como tamborileros a tres soldados del batallón, un hijo del señor Basurco y los hermanos Balanzategui. Terminado el baile se tocó llamada y una vez depositadas las fiembreras en el carro del batallón, tirado por una mulita enana, luciendo arreos militares, que cuidaba el carrero Manolo Salaverría, al que acompañaban la graciosa cantinera Constantina Star y el maestro armero Gabriel Güemes, se volvió a formar el Batallón para entonar los himnos acompañados por la banda municipal. La primera compañía cantó el himno Oquendo, letra de don Carmelo Echegaray y música de! maestro Santesteban. La segunda, el himno al rey, música de don Antonio Peña y Goñi. La tercera compañía, el himno a España, con letra de don Angel María Castell y música de don José M.ª Echeverría. Y la cuarta, el himno a Vasconia, letra de don Antonio Arzac y música de don Juan Guimón.

Y así terminó este festival, que tan grata memoria nos dejó a los que lo presenciamos, especialmente al rey niño, que se mostraba entusiasmado, así como a las familias de los pequeños miqueletes, para quienes como recuerdo, quedó el uniforme, con el correaje y armamento que llevaron en propiedad. ¡Cuántos de los que lean algunos apellidos que citamos en esta reseña comentarán con sus padres y abuelos que formaron en este simpático Batallón Infantil! 


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